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¿Una esperanza desde la genética?

Foto de: Yelena Odintsova.

Por: Verónica Luna De Aliaga.

Comunicadora social y periodista Universidad de La Sabana.

Instagram: @periodistaporlasalud

X: @veronicalude19

Es fundamental que sí tengamos en cuenta a las personas con enfermedades raras y que buscan una esperanza para diagnósticos oportunos, tratamientos y posibles curas.

Con base en mi primer escrito ( Disponible en ) :

: «¿ Un aroma doloroso?: más allá de la higiene», me pareció vital contactar a un destacado médico genetista para profundizar y brindar una esperanza desde la genética.

Un agradecimiento muy especial al doctor Carlos Martín Restrepo (CMR), doctor y Magister en Genética Humana de la Universidad de Guadalajara . Director del Centro de Investigación en Genética y Genómica (CIGGUR). Profesor titular de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud Universidad del Rosario.

1. ¿Cuál es el mejor tratamiento para la población  con Síndrome de olor a pescado o también conocido como Trimetilaminuria (TMAU) ?

(CMR): «No existe un tratamiento curativo para el “síndrome de olor a pescado” que técnicamente se llama trimetilaminuria  (TMAU), esta expresión significa la eliminación anormal de grandes cantidades de trimetilamina por la orina. La TMAU se debe a la producción corporal excesiva de una molécula llamada trimetilamina, esto se debe a la falla o la carencia de una enzima que es codificada por el gen FMO3. Las personas afectadas excretan en los fluidos corporales como el aliento, la orina o el sudor grandes cantidades de trimetilamina, la que causa ese olor ofensivo. El tratamiento consiste en identificar los alimentos que favorecen la presencia de ese olor para eliminarlos o reducirlos en la dieta: en general alimentos como los granos y leguminosas como el frijol, garbanzos y lentejas, además del huevo y el pescado, los cuales son ricos en una molécula llamada colina». 

2. ¿Por qué esta enfermedad rara o huérfana puede aparecer a distintas edades?

(CMR): «Las enfermedades raras son aquellas afecciones de la salud que tienen baja frecuencia en la población, esto es, cuentan un número bajo de personas, sin importar en que momento de la vida aparecen.

Las enfermedades huérfanas son aquellas enfermedades, la mayoría raras, que tienen un tratamiento que está diseñado para pocas personas y, por ello, el medicamento no se encuentra en las cadenas de distribución, como son las farmacias. Por la rareza, estos medicamentos son frecuentemente de alto costo.

Si bien muchas enfermedades raras se manifiestan desde el nacimiento y otras se manifiestan más adelante en la vida, estas enfermedades son conocidas por muy pocos médicos y a veces demoran muchos años en ser identificadas o diagnosticadas correctamente. Esos casos de enfermedades raras con diagnóstico demorado o tardío sufren de lo que se llama “odisea del diagnóstico”.

Esta “odisea del diagnóstico” es usual en la Trimetilaminuria, sencillamente porque la persona afectada consulta a un médico y luego a otro y, como pocos la conocen, puede tomar años que se le identifique correctamente y reciba las pruebas de diagnóstico correctas, que son tanto pruebas bioquímicas que evalúan los niveles de trimetilamina como pruebas genéticas para el gen FMO3 que identifican mutaciones en los genes que la persona heredó de cada uno de los padres». 

3.¿ Cómo se puede mejorar el diagnóstico oportuno y atención a esta población en Colombia y el mundo?

(CMR): «Reducir la “odisea del diagnóstico” y ofrecer diagnósticos más oportunos para atender a las personas con Trimetilaminuria dependerá de varios factores como: 1. Mejorar el conocimiento sobre enfermedades raras, ultra-raras, huérfanas y olvidadas, dentro de las personas que se desempeñan en el ámbito de salud. 2. Mejorar la educación general de la población para que aprenda a identificar cuáles son las manifestaciones clínicas o signos de alarma. 3. Los países deben introducir tecnologías avanzadas y formación de personal para realizar análisis genéticos que tengan mejor cobertura dentro del territorio nacional y reduzcan los costes de implantación y desarrollo. 4. Regulaciones y leyes que promuevan la atención y protección de las enfermedades raras, ultra-raras, huérfanas y olvidadas. En Colombia existe la Ley 1392 del 2010, diseñada para las enfermedades huérfanas, pero se puede quedar corta en su alcance porque las enfermedades huérfanas son solo el 5% de todas las enfermedades raras, ultra-raras y olvidadas que podrían requerir protección. 

En los últimos años, se han venido desarrollando maratones de diagnóstico. (denominadas en inglés Undiagnosed Hacklathon), en las que se invitan expertos internacionales y pacientes quienes concursan por un cupo para que su enfermedad, la cual no ha podido ser diagnosticada en los países de origen, sea evaluada durante tres días con todas las pruebas genéticas existentes. Aun así, el rendimiento del diagnóstico de estas maratones de personas no diagnosticadas, alcanza un 30-40%».

4. Pacientes han manifestado que sus hijos ya empezaron con síntomas del Síndrome de olor a pescado.

Desde la genética ¿ cuál esperanza o luz hay para ellos?

(CMR): «La forma más común de Trimetilaminuria (TMUA) es de herencia autosómica recesiva. Esto significa que los dos progenitores deben ser sanos (no afectados), pero portan cada uno una mutación en uno de los dos genes FMO3. Cuando dos progenitores portadores se unen, se espera que el 25% de los hijos reciban dos mutaciones al tiempo, esto es, uno de cada cuatro hijos. La transmisión de progenitores a hijos, como usted afirma, de TMAU no es común, a menos de que existan muchas uniones endogámicas (entre familiares) en esa familia, o bien que sea otro gen el que se halla mutante o sea otro el diagnóstico, lo cual también puede suceder. Recomendaría que estas personas consulten a un médico genetista, quien está capacitado para ordenar las pruebas genéticas pertinentes, confirmar o aclarar el diagnóstico o proponer nuevas hipótesis de diagnóstico, en el eventual caso que no sea el gen FMO3 el afectado. Se debe tener en cuenta que las enfermedades raras se llaman así, precisamente porque por su baja prevalencia en la población, se puede tomar mucho tiempo en investigaciones para aclarar cada caso, que puede ser, incluso, una nueva enfermedad no previamente conocida».

(CMR): «Se estima que el 80% de las enfermedades raras, ultra-raras, huérfanas y olvidadas, que son unas 8.000 en total incluyendo la Trimetilaminuria, son de causa genética. Por tanto, el origen de las enfermedades raras, ultra-raras, huérfanas y olvidadas se encuentra en el ADN, o en el ARN (que es copiado a partir del ADN en el interior de las células), o en las proteínas (que se traducen a partir del ARN), o en las funciones químicas que realizan las proteínas y se manifiesta en el funcionamiento de las células y los organismos vivos.

Desde la publicación del proyecto del genoma humano, en el año 2003 y su terminación completa en el año 2022, se ha acelerado la investigación y ha aumentado el conocimiento detallado de muchas de las enfermedades humanas. Le puedo indicar que actualmente, cada año, se identifican unas 400 nuevas enfermedades que no eran conocidas el año anterior. Esa acumulación de conocimiento y de detalle está facilitando nuevos métodos y estrategias de tratamiento, de enfermedades comunes y de enfermedades raras. Seguramente veremos con los años que algunas enfermedades raras pasarán a la categoría de huérfanas porque se les creó un tratamiento.

Entre tanto, comprender que una persona con Trimetilaminuria es una persona sana, inteligente y capaz de ser funcional y activa, a pesar de que trae un olor peculiar, pero que puede convivir con los demás cuando tenemos este conocimiento, es el mejor tratamiento que le podemos ofrecer, amén de utilizar la dieta y el cuidado personal para atenuar sus signos y síntomas. Cuando se tiene conocimiento, por ejemplo mediado por esta comunicación, ese olor peculiar deja de ser ofensivo y lo podemos convertir en respeto y convivencia».

Para culminar, vale la pena seguir avanzando para ayudar a la población de enfermedades raras, enfermedades huérfanas, enfermedades olvidadas, etc. Estos seres humanos están sufriendo; por eso hay que brindarles apoyo y esperanza para continuar con su vida de la mejor forma posible. Ojalá las farmacéuticas inviertan más en investigación y tratamientos para esta población en el mundo. Las políticas públicas podrían ayudar a este esfuerzo del sector privado, reconociendo importantes ventajas tributarias.

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